El cuerpo es el punto de encuentro entre tu mente y tu espíritu, es el lugar donde se graban las huellas de la desconexión entre ambos. Cuando tu cuerpo, tu mente y tu corazón están unidos, van a una, tu campo energético se expande, te sientes ligero, completo, confiado, alegre. Sin embargo, cuando tu mente toma el control de tu vida separada de su esencia, el cuerpo se convierte en el campo de batalla de esta división interior, y quedan grabadas las huellas de las luchas interiores. Entonces tu campo energético se contrae, te vuelves más denso y dependiendo de la intensidad y del tiempo que se extienda la situación, al ir tomando decisiones en tu vida desde este estado, experimentamos situaciones dolorosas que nos llevan al sufrimiento e forma de dolores, contracturas, lesiones y enfermedades.
Un masaje es una buena herramienta para reconectarnos de nuevo. Al ir borrando las huellas que van dejando en nuestro cuerpo,este se va liberando de los bloqueos corporales y le devolvemos un estado de mayor expansión energética que ayudan a deshacer los estados mentales que nos han llevado ahí.
Para ello es importante que a la hora de trabajar tengamos claro que buscamos de nuevo el estado de unidad. por lo que no debe doler ya que el sufrimiento es una señal de división, así que tenemos que buscar ese punto de contacto donde está el límite del dolor, que al tratarlo con suavidad podemos sentir como se va liberando de una manera más agradable. Y si l a persona se encuentra presente en ese momento le puede ayudar a reordenar su mente, abriéndola a nuevos enfoques a los problemas que han ido dejando esas huellas, dicho en otras palabras cuando tratamos con suavidad los límites del bloqueo sin dolor se deshace con mayor facilidad, dejando que el Amor se haga presente de nuevo.